A MI MADRE ANA MARÍA: PILAR FUNDAMENTAL EN MI PROCESO DE CAPACITACIÓN

Antes de escribir mi historia personal y que así podáis conocerme un poco más, quiero agradecer a CECAP, participantes y profesionales, lo afortunado que me siento por haberos conocido. Me habéis apoyado en mi proyecto de vida y me habéis ayudado a ser una persona participativa y activa en la sociedad donde vivimos.

Me llamo Javier y tengo 33 años, actualmente vivo en Toledo, en un piso compartido con tres compañeros. Mi familia es de Bargas, donde vive mi hermano, madre y otros familiares. Quiero destacar la figura de mi madre como pilar fundamental en mi proceso de capacitación diario, mi gran apoyo y pañuelo de lágrimas, quien ha luchado por mi bienestar desde que era pequeño, en los mejores y peores momentos.

Con dos años estuve muy malito, me ingresaron durante 18 días con meningitis bacteriana y su posterior seguimiento médico durante un año. Al finalizar, los doctores comentaron a mi madre la existencia de una alteración cromosómica, cuya consecuencia derivaba en dificultades del desarrollo madurativo, aprendizaje y lenguaje. En base a ese diagnóstico, recomendaron a mi familia la necesidad de relacionarme y participar en actividades con niños de mi edad.

Desde los tres a los seis años estuve en la guardería Madre de la Vida de Bargas, interactuando con niños de mi edad según la recomendación médica pautada. De 6 a 9 años fui alumno del colegio Santísimo Cristo de la Sala en Bargas, donde observaron problemas de adaptación curricular.

De 10 a 14 años asistí al colegio Ángel del Alcázar en Toledo, donde comencé a recibir apoyo y refuerzo curricular y debido a dificultades en lenguaje y comunicación comencé clases de logopedia.

A partir de los 15 años fui al instituto Julio Verne en Bargas. Esta etapa fue complicada. Me encontré con situaciones difíciles de comprender, burlas de mis compañeros debido a dificultades de aprendizaje y orientación sexual, pero una vez más, mi madre estuvo para ayudarme a resolver los problemas y conflictos que iban surgiendo.

Con 17 años solicitamos cita en el Centro Base de Toledo, para la valoración, diagnóstico, tratamiento y orientación de personas con discapacidad intelectual, donde notificaron la resolución y dictamen de mi especificidad.

A los 18 años realicé diferentes formaciones en la Universidad Laboral, comencé a interesarme por mi futuro laboral, especializándome en cursos de ayudante de restaurante y bar y ayudante de cocina. En ese momento carecía de amistades, escasos recursos laborales y dificultad en habilidades sociales y comunicativas.

Después de cursar las formaciones en la Universidad Laboral, una persona conocida de mi madre nos habló de CECAP, y es que necesitaba el apoyo de una entidad social que me ayudara a encaminar mi proyecto de vida social, personal y laboral, por lo que contactamos con ellos, me evaluaron y comenzamos el proceso de capacitación hasta el día de hoy.

Gracias al apoyo de CECAP, y a mi gran potencial y disponibilidad para trabajar, he conseguido empleo en diferentes entidades como el Arzobispado, Diputación, restaurante Palacios, Abono Café, restaurante Barleys, servicio de limpieza y monitor/mentor de supervisión y apoyo de otros participantes. Estas fortalezas laborales se deben a que soy una persona muy responsable y trabajadora. También tengo una personalidad muy activa y dinámica, participando del grupo de monitores de CECAP JOVEN, donde continuamente estoy proponiendo actividades grupales de ocio y entretenimiento.

En el plano social, he conseguido establecer un grupo de grandes amigos, disfrutamos plenamente de las oportunidades de ocio que nos ofrece la ciudad de Toledo. Nos encontramos totalmente integrados en la sociedad donde vivimos y tenemos una vida de lo más normal, alineada a la edad que tenemos.

En el terreno de habilidades sociales y amistades tengo dos debilidades: baja resolución de conflictos sociales e impulsividad. Os puedo decir que estoy trabajando en ello y espero conseguirlo lo antes posible. De igual modo, aprovecho este espacio para pedir disculpas a todas aquellas personas con las que he tenido algún malentendido, soy consciente de que en algunos momentos hablo más de lo que debo, opinando sobre cuestiones que no son de mi incumbencia, cuando realmente debería preocuparme de mi propia vida, sin tener que cuestionar la vida de los demás.

Otro de mis grandes sueños era vivir en un piso compartido y también estoy disfrutando de ello, vivo con tres compañeros y tenemos una relación excelente con los vecinos. Nos desenvolvemos con total normalidad en la vivienda, siendo nosotros quien pagamos el alquiler y facturas de nuestro piso, limpiamos, cocinamos y asumimos todas las responsabilidades de vida independiente con éxito.

Para finalizar, doy las gracias a mi madre Ana, y CECAP, especialmente al asesoramiento recibido por Andrés, Mónica, David, Ángela, Angélica, Esteban y Juan, porque me habéis facilitado una plena felicidad en esas necesidades de apoyo que tanto añoraba, tener a mi lado buenos amigos, empleo y ser independiente.