Eran finales del año 2012 cuando llegue hasta un grupo de personas que, con apoyo de los que son llamados profesionales, se levantan cada día con las ganas y la fuerza de hacerse un hueco en esta sociedad que tan difícil les traza el camino a andar.
Se lo debo a una especie de suerte en la que la vida me colocó en el lugar adecuado en el momento adecuado, y aquí debo añadir, con las convicciones y la vida adecuada.
Que tendría y tiene este grupo de personas que vinieron a revolucionar y agitar mi mundo, en lo profesional y en lo personal, y me hicieron comenzar de nuevo, pero esta vez a su lado. Empecé un camino que a día de hoy continúa y del que no me quiero apartar.
Una llamada por error, me cuentan siempre que fue, la que hizo que a finales de ese año emprendiera la aventura de apoyar a jóvenes que lejos de cualquier etiqueta quieren emanciparse y vivir su vida libres, "libre, pero a mi manera" como dice la canción.
Con toda naturalidad me dejaron entrar en sus vidas y todavía aún hoy me hacen participe de todo lo que les ocurre, de sus miedos, sus deseos, sus alegrías, inquietudes..., y tantas y tantas cosas que es abrumador que alguien deposite tanta confianza en ti.
Como decía, detrás de estas personas están las y los profesionales con los que comparto este camino en el que aprendemos juntas/os, nos apoyamos, nos acompañamos... en definitiva un camino que afrontamos juntas y juntos y que sin ellas y ellos sería muy difícil de recorrer.
Sería muy complicado poner sola, cada jornada, mi granito de arena para que, solo con hacer lo correcto, se haga justicia social y las personas más vulnerables tengan una vida de pleno derecho.
Tú, que has leído esto, haz lo correcto diariamente y obtendrás en tu camino lo mismo que yo: serenidad.