El Club de RSE pone el acento durante octubre y noviembre de 2024 en las empresas de la comarca de Los Montes de Toledo. Muchas son las que realizan acciones de RSE en mayor o menor medida, pero todas implementan, casi sin saberlo, políticas activas de desarrollo social.
Entrevistamos a Antonio Romero, empresario de Consuegra (Toledo) que realiza acciones de RSE con la contratación de personas en riesgo de exclusión.
¿Cómo conoció a CECAP y cómo decidió colaborar con él?
Conocí a Andrés hace más de 10 años de pasada y, a pesar de apenas haber pasado tiempo juntos, siempre me transmitió primero él y luego sus compañeros que se estaba dando forma a un proyecto distinto y con objetivos muy positivos que fácilmente se podrían integrar dentro de cualquier proyecto que desease colaborar en el desarrollo personal y laboral de personas con capacidades diferentes. La decisión de colaborar fué algo que salió sólo, de forma natural.
¿Qué le aportan a su empresa y a su personal, el trabajo de nuestros participantes?
Tranquilidad. La vida personal de quienes acaban trabajando en una empresa es un espacio privado dónde ni llega, ni debe llegar la empresa en la mayor parte de los casos; sin embargo en la práctica es todo lo contrario en determinadas personas, justo las que más apoyo requieren, por ello proyectos como el de CECAP y su forma de trabajar crean sinergias y colabora directa e indirectamente no sólo con el usuario sino con quienes les abrimos las puertas del mundo laboral sabien con ello que hay alguien en el camino que va más allá de dónde pueden llegar los servicios públicos al uso.
Esta es una manera de hacer Responsabilidad Social Empresarial. ¿Qué otras cosas ha puesto en marcha en este sentido?
Nunca me ha gustado trabajar desde conceptos antiguos o nuevos sino que he buscado crear un ambiente en consonancia con los valores que deben imperar en la sociedad haya quien haya al timón, por ello entiendo la responsabilidad, la empresa y la sociedad desde un enfoque muy familiar e integrador pero a la vez totalmente abierto al mundo, pues entiendo que el valor añadido del trabajo diario es la única herramienta real para normalizar y hacer visibles actuaciones que repercutan de forma responsable tanto en la sociedad como en la propia empresa...es un círculo virtuoso que se retroalimenta cuando crees en ello.
¿Qué diría a otras empresas que no confían en las personas en riesgo de exclusión para trabajar o no se han plantado llevar a cabo acciones de RSE en su empresa?
Les diría que no pasa nada. Que no es ni mejor, ni peor pero que igual que emprender y trabajar requiere de valentía a diario y de dar pequeños pasos constantemente, no deben tener prejuicios al contratar a una u otra persona pues el verdadero valor de un compañero reside en su actitud, más que en su aptitud.