CEUTA: LA HUMANIDAD ESTÁ EN CRISIS. NUEVO ARTÍCULO DE OPINIÓN DEL PRESIDENTE DEL GRUPO CECAP

Que te parece si empezamos a llamar a las cosas por su nombre. Todo hace pensar, que lo ocurrido recientemente en Ceuta, no es una crisis humanitaria, va mucho más allá. Más bien podemos decir, que estamos ante una gran crisis de la humanidad. Cuando hablamos de crisis humanitaria, los que estamos lejos de esa realidad, no nos damos por aludidos, engañándonos al pensar que nada tenemos que ver con lo que ocurre, incluso jugamos a curar nuestra conciencia compadeciéndonos de quienes son víctimas de conflictos armados, padecen el aliento del hambre, o son perseguidos por su raza o religión, dando algún que otro donativo a una de las muchas ONG´s, que intentan paliar los efectos devastadores de un orden mundial basado en las desigualdades. Otros muchos, acudimos los domingos a rezar a nuestro dios, lavando nuestra conciencia con media hora de salmo, para luego votar a aquellos que repudian los preceptos y mandatos divinos, que proclamaban eso de “amaos los unos a los otros como yo os he amado”, o “ama al prójimo como a ti mismo”.

No puedo dejar de sentir vergüenza e indignación, al ver como todo lo ocurrido, responde a la hipocresía de gobiernos que ejercen sus medidas de presión con vidas humanas. La buena sintonía diplomática entre Marruecos y España, basada entre otras medidas, por el pago de una dote de millones de euros por mantener protegida la frontera, no es más que una de las muchas pruebas de cómo la vida es utilizada como moneda de cambio. Los cuerpos de seguridad del estado, policías y guardias civiles, son también víctimas de un juego que interesa a unos pocos, exponiendo a hombres y mujeres a situaciones inverosímiles sin medios ni recursos. Es fácil señalar a aquel que no tiene oportunidad de réplica, aquel que no tiene tan siquiera voz, aquel que es invisible, hombre y mujeres que solo intentan seguir viviendo. A algunos les va muy bien eso de inventarse malos, y proclamarse salvadores de la patria.

Pero esto no es cosa solo de gobiernos. La crisis de la que te hablo va mucho más allá, nos afecta a ti y a mí. Hemos abandonado la cultura del ser para instaurarnos en la del tener, alimentada por un sistema de bienestar basado en el bien material. Crece la codicia y la ambición, así como la competitividad frente a la cooperación. Todo ello, acrecienta una deshumanización que avanza a pasos de gigante…imparable, acabando con todo el sistema de valores que nos inculcaron nuestros ancestros. Resulta contradictorio, como te comentaba al principio de esta humilde reflexión, ver como traicionamos los preceptos de nuestros más venerados principios, aquellos en los que creemos fielmente para llegar a la vida eterna. Somos cómplices de lo que ocurre, abandonando cada día un poco más la cultura del ser, creciendo en nuestro egoísmo y sentido de posesión. Es finalmente el miedo a perder lo material, de lo que se sirven aquellos que prodigan el rechazo al diferente, con consignas vagas y falsas, “vienen a quitarnos el trabajo”, “se llevan las ayudas sociales”.

Resulta hipócrita defender que no vengan a nuestros países, entendidos como desarrollados, y seguir usurpando los recursos de países mal denominados en “vías de desarrollo”. ¿Aún no lo ves?, siempre estarán en vías de desarrollo, porque no nos interesa que se desarrollen. Es mucho más rentable, para mantener nuestro sistema de bienestar, que siga habiendo gobiernos corruptos, conflictos armados en los que vender nuestras armas caducas, recursos naturales a bajo coste o mano de obra barata. Aprovechémonos, sigamos exprimiendo y generando pobreza, eso sí, que aquellos a los que defenestramos y condenamos a una vida de miseria, no vengan. No son bien recibidos. Es como el que te roba dinero para hacer la fiesta del siglo, y encima no solo tiene el mal gusto de no invitarte, sino que además pone una foto en la puerta, con tu cara y un letrero de “no eres bienvenido”.

No seré yo quien diga, que la solución es fácil, pero sí pido a aquellas personas que están llamadas a liderar los nuevos retos de futuro, que tengan amplitud de miras, y empiecen a dar nuevas respuestas a las mismas preguntas. No podemos seguir dando la espalda a una realidad, marcada por el desplazamiento masivo de personas que, por diferentes motivos, abandonan sus territorios, para poder tener una oportunidad de seguir viviendo. Evidentemente, este gran éxodo provoca cambios socioeconómicos que tendremos que anticipar y analizar, con el objetivo de poder encontrar estas nuevas respuestas. Los muros y las vallas, son promovidas por aquellos mediocres que no tienen la capacidad ni creatividad suficiente y que, a través de su discurso vacío, de estigmatización y satanización del diferente, busca la aprobación y reconocimiento de otros mediocres, que aprueban y respaldan estas respuestas ineficientes, propias de un sistema caduco que no entiende que toca compartir y cooperar, entre otras muchas cosas. Volvamos por favor a ser seres HUMANOS y construyamos, sin miedo, un nuevo orden.

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