Durante un mes, Gustavo convivirá con los compañeros del piso de Consolidación, donde los profesionales determinarán si tiene las habilidades y destrezas necesarias para vivir de forma autónoma en una vivienda normalizada (como ya hace Elena) o, por el contrario, tiene que pasar por una vivienda de baja supervisión antes de empezar a vivir de forma independiente, como él desea.
Como Gustavo, otros cuatro jóvenes con especificidad de la organización están en lista de espera para ser evaluados y dar el "gran salto" de independizarse o compartir piso en una vivienda normalizada.